No, no es Photoshop. Tampoco es un lago de chicle o Pepto-Bismol, ni coloreado con algún tinte artificial. Lo que ven en la foto es un lago muy real situado en Australia, en el archipiélago de la Recherche, y es de un rosa intenso totalmente natural. Fue descubierto en 1802 en una expedición llamada Flinders y mide 600 metros de largo por 250 metros de ancho. Su nombre es Lago Hillier.
Tampoco es alguna ilusión óptica, si llenas de agua de este lago una botella de cristal podrás comprobar que sigue teniendo ese tinte rosado característico. La razón de este color tan intenso todavía no está muy clara, pero hay varias teorías que podrían explicarlo. La más aceptada es que en el Lago Hillier (que tiene concentraciones muy elevadas de sal), vive una especie de alga llamada Dunaliella salina.
Dunaliella salina posee un pigmento rojo que le ayuda a absorber la luz. Como las altas concentraciones de sal de este lago no permiten que muchas otras especies de organismos se desarrollen, crecen poblaciones muy abundantes del alga, lo que le podría dar al lago su característico color.
A pesar de que el rosa podría hacernos pensar que el agua del lago sabe a medicina, puedes meterte a nadar en él sin ningún problema. Más bien, puedes meterte a flotar en él, porque (como en el Mar Muerto) las altas concentraciones de sal hacen que no sea tan sencillo navegar entre las aguas.
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