El tiempo universal coordinado (UTC) es el estándar por el cuál podemos tener nuestros relojes sincronizados al rededor de todo el mundo. Para determinar el UTC, se usan dos cosas: el Tiempo Atómico Internacional (donde el segundo se define como el tiempo que le toma a un átomo de Cesio-133 oscilar exactamente 9,192,631,770 veces) y el Tiempo Universal (que es el Tiempo Astronómico, y se refiere a la rotación de la tierra).
Medir en TAI es extremadamente preciso, pero no toma en cuenta las variaciones astronómicas de la rotación de la tierra, que es lo que realmente determina qué tanto dura un día. Por eso hay que “ajustar”.
En el Tiempo Astronómico, el día dura en promedio 0.002 segundos más que los 86.400 que marcan los átomos de Cesio. Cada vez que esta discrepancia suma 0.9 segundos, se añade un segundo más al día para emparejar. Es importante notar que la tierra no rota de manera igual siempre: por ejemplo en 2011 la discrepancia sumó 0.28, pero en 2001 solo sumó 0.02 segundos.
El ajuste de mañana será el número 26 desde 1972. El segundo extra se inserta entre las 23:59:59 del último día de un mes (generalmente junio o diciembre) y las 00:00:00 del día siguiente. Así se veía un reloj el 30 de junio de 2012, que fue la vez anterior que tuvimos un segundo intercalar.
Los científicos votarán este año si es conveniente seguir utilizando los segundos intercalares, después de no haber llegado a un acuerdo en 2012.
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